Las botellas de vidrio nos permiten desde hace cientos de años almacenar y madurar el vino. Pero, ¿Te has preguntado alguna vez cuál es su origen?
El vino se ha consumido desde mucho antes de la aparición de las botellas incluso mucho antes de la aparición del vidrio. Anteriormente el vino se almacenaba en barricas o en ánforas de arcilla y barro. En las civilizaciones romana y griega las ánforas de arcilla fueron el recipiente más extendido durante siglos ya que anteriormente usaban en el antiguo Egipto y otras civilizaciones previas a la romana y a la griega.
A lo largo del siglo XVII, el vino comenzó a ser una bebida más selecta, consumida sobre todo en celebraciones y banquetes. Por lo cual se precisaba de otro tipo de envase más sencillo de manejar en los hogares.
Las botellas que por aquel entonces se elaboraban no tenían la misma forma que las botellas que conocemos actualmente. En esa época, las botellas eran más redondas y las paredes de la botella, por lo general eran mucho más finas, ya que se hacían con la técnica del vidrio soplado donde existen varias teorías sobre el porqué de la capacidad de las botellas estándar de 750ml.
Una de las teorías es que esa era la capacidad pulmonar a la que rendían mejor los sopladores. Por otro lado, se dice que cuando se empezaron a elaborar las botellas decidieron que entre botella y vino no superase más de 1 kilo para un mejor transporte, lo que hacía de forma aproximadamente que la botella pesase entre doscientos y trescientos gramos y la capacidad del vino fuera de entre setecientos y ochocientos mililitros.
Las primeras botellas de fabricación industrial se elaboraron en Bristol en 1821, un pueblo muy ligado a la historia del vino inglés.
El tamaño de la botella es importante para la conservación del vino. Por ejemplo, en una magnum la cantidad de vino es el doble a la estándar, pero el oxígeno en el cuello de la botella el prácticamente el mismo. Esto hace que sea más adecuada para la guarda y conservación.
Lista de tamaños de las botellas de vino y sus nombres:
• 187,5 ml – Cuarto botella, Benjamín, Piccolo o Split: Una cuarta parte de una botella de tamaño estándar, aproximadamente una copa de vino. El término benjamín proviene de un nombre bíblico.
• 375 ml – Demi o Media botella: La mitad del tamaño estándar de 750 ml. El término demi proviene del francés y significa ‘mitad’.
• 750 ml – Estándar: El tamaño más común y universal.
• 1,5 L – Magnum: Equivalente a dos botellas de 750 ml estándar. Su nombre proviene del latín y significa ‘grande’.
• 3 L – Doble Magnum: Equivalente a dos Magnums o cuatro botellas de 750 ml estándar.
• 4,5 L – Rehoboam: Cuatro litros y medio o seis botellas estándar.
• 6 L – Matusalem: Equivalente a ocho botellas estándar de 750 ml o dos Doble Magnums.
• 9 L – Salmanazar: 9 litros o 12 botellas de 75 centilitros. Corresponde al nombre del rey asirio que deportó las tribus de Israel.
• 12 L – Baltasar: Equivalente a 16 botellas de 750 ml estándar, 2 Matusalem, 4 Doble Magnum u 8 Magnum.
• 15 L – Nabucodonosor: Famoso gobernante de Babilonia que da nombre a las botellas de 15 litros, o su equivalente a 20 botellas de 750 ml estándar.
• 18 L – Melchior: Equivalente a 18 litros.
• 30 L – Melquisedec. Rey de Salem, este personaje bíblico da nombre a las botellas de 30 litros (40 estándares), cuyo peso supera los 50 kilos.
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